El Higado
El hígado (del latín iecur ficātum “alimentado con higos”) es la más voluminosa de las vísceras y una de las más importantes por su actividad metabólica. Es un órgano glandular al que se adjudica funciones muy importantes, tales como la síntesis de proteínas plasmáticas, función desintoxicante, almacenaje de vitaminas y glucógeno, además de secreción de bilis, entre otras. También es el responsable de eliminar de la sangre las sustancias que puedan resultar nocivas para el organismo, convirtiéndolas en inocuas; está presente en el ser humano y se le puede hallar en vertebrados y algunas otras especies inferiores.
Con esta definición ya podemos intuir y saber cuánto de importante es este órgano para el ser humano, sin embargo, el hígado o mejor dicho la función hígado abarca mucho más y es esto lo que voy a intentar explicaros de una manera sencilla para que seamos conscientes de qué cosas pueden perjudicar y enfermar nuestro hígado, y también qué señales o síntomas nos avisan de un mal funcionamiento hepático.
El hígado funciona y trabaja todo el día aunque su franja horaria propia, según los ciclos circadianos, donde se activa y regenera más es entre las 1 y las 3 de la madrugada aproximadamente, hora fundamental que requiere que estemos dormidos para que el hígado se “regenere”.
El hígado además es responsable del TEJIDO MUSCULAR Y LIGAMENTOSO, esto es, si el hígado está bien regulado y equilibrado tendremos un tejido muscular sano y sin apenas contracturas musculares ni patología muscular o ligamentosa. También la energía de la VISIÓN está controlada por el hígado por lo que una buena salud ocular depende también de que el hígado esté bien.
A nivel emocional, un hígado sano está relacionado con la imaginación, con una competitividad sana, deseo de avanzar y mejorar, buena adaptación a todos los lugares o circunstancias, nos pone en acción para conseguir alcanzar nuestros proyectos y deseos, etc.
A nivel de sabor, los elementos de características agrias y ácidas estimulan el hígado, así como el color verde, la primavera y el clima ventoso (viento).
Cuando nuestro hígado no funciona correctamente, sus células y las de todos los tejidos que gobierna este, ven perdida su coherencia y su energía se ve debilitada. Un tratamiento correcto pasa por tratar todos los aspectos que afectan ha este órgano, desde el funcional, el quimico, el emocional y el energético.
Un tratamiento para el hígado sin tratar la parte energética, se queda cojo.
Gracias a la Facilitación de Pulso de Campo podemos trabajar sobre todos estos aspectos y devolver a este órgano su energía y funcionalidad.
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