DINAMICA CONSCIENIAL INTERACTIVA
El crecimiento consciencial del que tanto se habla en estos tiempos plantea numerosas dudas de cómo se produce. En estas líneas explicaremos su dinámica desde el Yo original y nuestra encarnación y viceversa.
Conviene recordar que nuestra encarnación no viene directamente desde nuestro Yo original, hay un paso intermedio imprescindible para que la encarnación se produzca; ese paso intermedio es el alma.
El papel del alma es por tanto fundamental como puente, enlace y transmisor de fuerza vibracional entre espíritu y cuerpo.
Espíritu - Alma - Cuerpo.
Usando terminología científica el alma actúa de filtro entre el espíritu y el cuerpo y viceversa. Y para explicar esta dinámica consciencial nos interesan dos tipos de filtros: "filtro pasa bajos", que deja pasar todo aquello que sea igual o se encuentre por debajo de una frecuencia vibratoria denominada "frecuencia de corte de filtro"; y "filtro pasa altos" que deja pasar todo lo que sea igual o superior a dicha frecuencia de corte.
La frecuencia de corte del filtro está perfectamente definida con el grado consciencial de la persona. A partir de hay el alma actúa de filtro vibracional pasa bajos entre espíritu-cuerpo o filtro pasa altos entre cuerpo-espíritu. Se trata de una dinámica consciencial interactiva.
Cogeremos como referencia la escala de consciencia la del Dr. David R. Hawkins. (1927-2012) que fue un destacado psiquiatra, escritor, investigador sobre la conciencia, conferenciante espiritual y místico, que desarrolló una escala para el estudio y comprensión del nivel consciencial. En su libro EL PODER CONTRA LA FUERZA: LOS DETERMINANTES OCULTOS DEL COMPORTAMIENTO HUMANO Editorial: HAY HOUSE encontrareis el mapa de la escala.
Cuando encarnamos venimos con un nivel consciencial, en función de nuestro momento evolutivo.
Supongamos que una persona, siempre cogiendo la escala del Dr. Hawkins, cuyo grado consciencial es de 200 (coraje). Ante la enorme fuerza vibracional que emite el espíritu, el alma hace de filtro pasa bajos; recibe y transmite hacia el cuerpo toda la energía vibracional que sea igual o inferior a la frecuencia vibracional de corte; en este caso 200, que es recogida por el cuerpo y se plasma en una serie de experiencias. Si como consecuencia de estas experiencias vividas se produce una elevación del grado de consciencia de la persona, por ejemplo hasta 310 (voluntad), el alma recibe el incremento de la vibración como filtro pasa altos que se sitúa por encima de la frecuencia de corte anterior 200.
A partir de aquí se repite el proceso en el contexto de la dinámica consciencial interactiva, pero con la nueva frecuencia de corte o grado consciencial ( ya no es 200, sino 310).
Y así sucesivamente, con la única salvedad de que el ser humano goza de libre albedrío, por lo que sus experiencias en un determinado grado de consciencia pueden no llevarle a un ascenso en tal gradación consciencial, si no a un mantenimiento, o incluso, provocar un descenso. En tal caso el alma, funcionando ante la fuerza vibracional del espíritu como filtro pasa bajos, recibirá y canalizará la nueva energía vibracional hasta el cuerpo, por ejemplo 175 (orgullo), la cual generará nuevas experiencias; si como consecuencia de esta, siempre dentro del libre albedrío, se produce un ascenso o descenso del grado consciencial, el alma actuará nuevamente e filtro pasa altos y la frecuencia de corte se volverá a modificar.
En cualquier caso no hay nada sentenciado, si no un potencial que el ser humano, en su experiencia de individualidad y en libre albedrío, puede hacer efectivo, o no, a través de su voluntad y comportamiento. Comportamientos desde el miedo bajarán la vibración consciencial y comportamientos de Amor la elevarán, con cada experiencia vivida en nuestro día a día estamos eligiendo en libre albedrío reaccionar desde el miedo o actuar desde el amor, y el alma recoge estas vibraciones y las filtra al espíritu y desde éste vuelve a filtrar su inmensa energía para que nuestra vibración consciencial de adapte a nuestra experiencia.
La polémica de que si todos tenemos una alma o tiene que ser fabricada por cada persona, no tiene ningún sentido. Evidentemente que todos tenemos un alma, pues constituye el fruto natural de la convivencia vibracional entre nuestro Yo original y nuestra encarnación. Pero cada alma, como filtro, acumulador y transmisor vibracional, tiene un frecuencia vibracional distinta, en función del grado consciencial (frecuencia de corte de filtro) de la persona, pudiendo elevar, mantener o reducir tal grado consciencial mediante esta dinámica y las experiencias vividas en libre albedrío.
Para ello las almas no reencarnan de forma individual, sino en grupos familiares que realizan acuerdos de amor, asumiendo diferentes roles en cada encarnación en lo que podemos clasificar en esta vida como seres queridos.
Antes de venir al mundo material, cada alma elige el "yo y las circunstancias" pertinentes para su crecimiento consciencial y experimentar vivencias que posibiliten su creciemiento vibracional y esta elección incluye colaboraciones de amor con otras almas que harán de acompañantes y colaboradores en el desarrollo de dichas experiencias. Aunque por lo general nuestra mente concreta no tiene recuerdo de estas colaboraciones, nuestra mente abstracta las conoce perfectamente.
Alejandro Cuervo